NO ESTRÉS = NO CÁNCER

TEXTO DE MARTA TAPIAS MERINO

Terapeuta y Maestra de Reiki

Según recientes investigaciones¹, parece que el estrés prolongado estaría relacionado, de forma directa o indirecta, con el cáncer. Tiene que ver con las hormonas del estrés y su acción en los distintos procesos que tienen lugar en la maravillosa y compleja máquina que es nuestro organismo. En estudios realizados en laboratorios, el estrés crónico podría favorecer la génesis y crecimiento de tumores de forma directa.

Sabemos que el estrés nos puede impedir dormir bien a una persona, incluso hacer que engorde. Y estas consecuencias, por supuesto, incomodan. Porque, en muchas ocasiones, se tiende a compensar la falta de sueño comiendo más. La obesidad, por cierto, también aumenta el riesgo de padecer cáncer, algo que quizá no se le da mucha importancia al principio. Pero, si el estrés es prolongado puede ser una de las causas del crecimiento de los tumores cancerígenos, y entonces la cosa se pone seria.

Ahí, probablemente uno se plantee cambiar algo de su en nuestra vida. ¿Qué nos provoca estrés y por qué? Es importante saber el qué para poder abordar el cómo solucionarlo. Las causas pueden variar mucho de una persona a otra y ser externas, como el trabajo, la familia, los problemas económicos, el cambio climático, las noticias de los periódicos, el tráfico, el vecindario ruidoso, y manifestarse internamente, ya sea en dolor físico o enfermedad.

Cada uno de nosotros ha vivido esta experiencia en algún momento. Cómo cada uno vive el estrés y las circunstancias que lo desencadenan es una experiencia extremadamente individual. A cada uno, cada situación, le afecta de distinta forma. Por tanto, si cada situación afecta a cada persona de forma distinta, quizá el problema no esté solo en cada situación, sino también en cada individuo.

La Terapia de Reiki es de gran ayuda para ser conscientes del origen del estrés. Y no hablo de la situación que la detona en un determinado momento; me refiero a la causa interna que nos provoca estrés que puede ser otra situación de mayor envergadura y profundidad sufrida en el pasado.

En Reiki, el objetivo no es culpabilizar sino es traer a la conciencia el origen de aquella experiencia que te nos dañó y que condiciona tu nuestro presente para sanarla, trascenderla, y ponerla en paz y que no se vuelva a repetir nuevamente, ni a detonar en tu interior. De este modo, se logra transcender esa situación para que la próxima vez que se te nos presente, al haber aprendido de ella, seamos seas capaz capaces de gestionarla de mejor modo… y sin estrés.

Desde el Reiki abordamos los procesos de estrés de dos formas. La primera, a través de una sesión de Reiki. Si eres practicante de Reiki, porque has hecho alguno de los cursos, habrás observado un alivio importante tras hacerte un autotratamiento de Reiki. O sin haber aprendido Reiki, porque vas a consulta a recibir una sesión por parte de un Terapeuta o Maestro de Reiki. En ambos casos, el Reiki te centra en ti y te ayuda a que el estrés desaparezca o disminuya. Por otro lado, la otra modalidad es a través de una Terapia de Reiki, acompañado por un buen terapeuta, podrás encontrar el origen de tu estrés, con una conversación posterior que te haga ver y relacionar aquello que está en tu inconsciente para saber de dónde viene todo.

El Reiki es una potente herramienta de prevención. En el caso del estrés prolongado, estaríamos evitando uno de los factores de riesgo del cáncer. El estrés, además, puede derivar en otros problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, menor resistencia a las infecciones, la obesidad y la diabetes, entre otros muchos.

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[1] Información publicada en el artículo de Sonia Laín, catedrática de Farmacología Molecular del Cáncer en el Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Karolinska Institutet de Estocolmo: “El estrés prolongado podría contribuir de manera directa a la aparición y la progresión del cáncer”, 16 febrero 2025.